Inicio una serie de entradas sobre la fauna malgache con una de las especies más emblemáticas de la isla, considerada sorprendentemente también una de las más desconocidas: el fosa (Cryptoprocta ferox).
Su esquivo carácter y los contados avistamientos que tienen lugar de este elusivo carnívoro en la mayor parte de la isla, a pesar de tener una amplia distribución, están detrás del escaso conocimiento que se tiene de esta especie. Por otro lado, la mayor fama de los ubicuos lémures, en los que se ha centrado buena parte de los esfuerzos de conservación e investigación, ha eclipsado en parte a los fosas.
Se encuadra dentro de la familia Eupleridae, exclusiva de Madagascar y compuesta en la actualidad por una decena de especies que evolucionaron a partir de la llegada, desde el continente africano, de un único ancestro común hace unos 20 millones de años.
Su situación taxonómica, sin embargo, resultaba casi un enigma hasta hace no mucho. Su aspecto y sus características morfológicas han propiciado que en ocasiones se haya asociado a los fosas con los felinos. Y la realidad es que su apariencia no difiere mucho con la de estos otros carnívoros. Con casi dos metros de longitud, incluyendo su larga cola, esta fascinante especie es hoy en día el mayor depredador de Madagascar.
Se trata de un carnívoro de hábitos principalmente nocturnos y crepusculares y de costumbres solitarias. Sin embargo, en determinadas épocas, sobre todo durante la temporada reproductora (entre septiembre y noviembre), muestran una mayor actividad diurna y se pueden ver a machos y hembras juntos.
Capaces de trepar con sorprendente destreza, es en el medio arbóreo donde se mueven más ágilmente y donde acechan a sus principales presas, los lémures, con especial predilección por determinadas especies, como las de los géneros Propithecus, Eulemur y Phaner. Se pueden alimentar también de otros mamíferos terrestres, incluyendo la endémica y amenazada rata gigante de Madagascar.
Aunque no escasea en las densas pluvisilvas del este de la isla, el mejor enclave para intentar localizar este singular mamífero se encuentra cerca de la costa occidental, concretamente en la Reserva de Kirindy. Su observación no está garantizada, por supuesto, pero cualquier naturalista que visite la isla debería incluir este lugar en su ruta y probar fortuna.
En la galería de Madagascar podéis ver más fotos de algunas especies localizadas en Kirindy y otros lugares de la isla.