Madagascar no destaca, precisamente, por la riqueza de especies de aves que se pueden observar en la isla: solamente unas 260 especies están presentes de manera regular (cifra que asciende a 290, incluyendo aves marinas y especies divagantes). Es un dato que sorprende a no pocos naturalistas, sobre todo si se tienen en mente las cifras de países próximos del continente africano, como Tanzania o Kenia (este último, con una superficie similar), donde la lista de aves supera las 1.100 especies.
En la isla, de hecho, hay casi el mismo número de especies de mamíferos que de aves, ¡algo que sucede en muy pocos países!
Aun así, Madagascar se considera merecidamente un destino de primer orden a nivel mundial para los observadores de aves. Esta fascinante isla alberga verdaderos tesoros ornitológicos, con cinco familias de aves y unos 50 géneros exclusivos de la región. La proporción de endemismos no tiene parangón alguno: el 53% de las especies de aves reproductoras en Madagascar no se pueden encontrar en ningún otro lugar del planeta.
Y es tal la singularidad de algunas de estas especies que dos de las familias endémicas de la región malgache se clasifican a su vez, desde recientemente, como dos órdenes propios y exclusivos (del total de los 36 que existen globalmente): Mesitornithiformes y Leptosomiformes.
Dentro de la familia Mesitornithidae se incluyen tres especies, pertenecientes a dos géneros distintos (Monias y Mesitornis) y todas ellas por desgracia están amenazadas. Entre estas aves se han descrito comportamientos únicos: el mesito monias, por ejemplo, vive en grupos en los que hay una hembra dominante, con un sistema de reproducción muy complejo. ¡Algo insólito entre las aves!
El otro orden exclusivo de la región, presente también en las cercanas islas Comoras, está formado por la familia Leptosomidae, que incluye una única especie, la carraca curol (Leptosomus discolor). Considerada como un “fósil viviente”, desde el punto de vista evolutivo es sin duda una de las aves más singulares de todo el mundo. Su inconfundible canto se puede escuchar en una amplia variedad de ecosistemas de la isla.
Las otras tres familias endémicas de Madagascar engloban a las espectaculares carracas terrestres (Brachypteraciidae) y a dos grupos de paseriformes, la familia Bernieridae (una de las sorpresas taxonómicas más recientes que ha deparado la isla) y la familia Philepittidae (que incluye cuatro especies).
Mención aparte merecen los vangas (Vangidae), considerados en ocasiones también como una familia exclusiva de la región, si bien los últimos estudios incluyen en esta familia a unas pocas especies de los continentes africano y asiático. Son uno de los mejores ejemplos existentes de “radiación adaptativa”, es decir, de cómo a partir de un único ancestro común han ido diversificándose y dando lugar a nuevas especies (un total de 22, en la actualidad) que han sabido aprovechar los distintos nichos ecológicas de la isla. En este enlace podéis ver un esquema muy ilustrativo.
Al hablar de las aves exclusivas de Madagascar es ineludible mencionar a los cúas, incluidos en la misma familia que los cucos (Cuculidae). Este género endémico de la isla reúne a nueve especies distintas, algunas de hábitos terrestres y otras más ligadas al medio arbóreo, presentes en un variado elenco de zonas forestales del territorio malgache.
Del resto de endemismos ornitológicos de la isla se muestra a continuación una escueta selección de especies, incluyendo a los dos martines pescadores de Madagascar, al autillo malgache y a la paloma azul malgache, ejemplos todos ellos de la singularidad y el valor que caracterizan a la avifauna de este territorio:
Podéis visitar la galería de Madagascar, donde encontraréis más fotos de aves y otros grupos de fauna presentes en esta isla única.